¡Un Cementerio Colgante!

Los cementerios existen desde tiempos inmemoriales, cuando la civilización humana comentó a dar sepultura a sus muertos. Algunas de estas estructuras se han convertido en verdaderos símbolos culturales e incluso en ciertos casos siguen plagados de misterios sin respuestas.

Sin embargo, pocos camposantos de nuestro planeta resultan tan particulares como los cementerios colgantes de la ciudad de Sagada, en Filipinas. Allí, es habitual que las personas cuelguen los féretros de sus fallecidos a los costados de los pavorosos acantilados que se precipitan hacia el océano.

Esta misteriosa tradición data de miles de años y, según mi querido colega malayo Nomanyo Nimedio, se caracteriza porque los ataúdes son armados con una única pieza de madera. Ya sea colgando desde los bordes hostiles de los acantilados o bien asentados sobre algunas formaciones rocosas de origen natural.




En realidad, esta costumbre también se ha descrito en China, como parte de las tradiciones del pueblo Bo del sudeste del gigante asiático, pero son particularmente llamativas en las Filipinas. Conversando con Nomanyo, me ha señalado que la leyenda afirma que los féretros colgantes pueden evitar que los cuerpos sean presas de animales salvajes, además de permitir la bendición eterna de las almas.

¿Se trata simplemente de una oscura tradición que parece perdida en los anales del tiempo? ¿O es un notable adaptación de aquellos pueblos para preservar sus valores históricos?

¿Ustedes que creen...?