Mientras se encontraban de paseo en un lujoso alojamiento en Zimbabwe, una pareja se encontró con un visitante inesperado en pleno momento de relajación...
En efecto, en esa templada noche, el exclusivo resort en el cual se alojaban estos turistas en las afueras de Harare recibió a un cocodrilo, hambriento y curioso, quien no dudo en precipitarse a las aguas de la piscina mientras la pareja disfrutaba de un baño refrescante.
Si bien el reptil parecía un ejemplar joven, acaso de alrededor de un metro de largo, su impresiona apariencia bastó para generar pánico en el muchacho, quien en primera instancia huyó precipitadamente de la fuente de agua. Su mujer, en cambio, tal vez presa del terror, quedó allí, en la piscina, observando con espanto la velocidad con la cual la bestia avanzaba hacia ella.
Finalmente el joven regresó segundos después para ayudar a la muchacha a abandonar el lugar, en el cual el cocodrilo era sin dudas amo y señor.
¿Se trató acaso de una intromisión inesperada del monstruo en busca de presas fáciles? ¿Fue solo un descuido de la seguridad del lugar? Mis intentos para contactar por vía telefónica o por correo a algunos colaboradores en el África no fueron exitosos, por lo cual insistiré hasta tener novedades...
¿Ustedes que creen...?
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