Hablar de cyborgs inmediatamente nos remite a las andanzas de personajes como Robocop o Terminator... en parte humanos y en parte máquinas, completando la definición final de un organismo cibernético (de allí la contracción en inglés cyborg)
| Fuente: Wikipedia Commons |
Sin embargo, más allá de las creaciones de Hollywood, algunas personas se han tomado en serio esta idea y, como ocurre con Scott Cohen, han decidido añadir a la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato un sexto sentido artificial: el de la orientación... al implantar ¡una brújula en su cuerpo!
Así es, el buen Scott se define a sí mismo como un cyborg ya que se ha colocado en el quirófano dos barras de titanio, que le sirven como soporte a una brújula unida a su vez a una señal sonora. "He decidido dar un paso más allá de las comodidades, con rumbo hacia el futuro. Algún día todas las personas harán lo mismo, o sea, potenciar sus propios sentidos", dijo el amigo Cohen en una nota publicada en un portal para cyborgs.
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| Imagen: CyborgNest |
Acaso lo más sorprendente de las afirmaciones del hombre-brújula es que destaca que la información de su sexto sentido no tiene por destino un dispositivo informático, sino su propio cerebro, por lo cual esta novedosa capacidad de procesamiento lo hace día a día más fuerte.
| Imagen: 123rf |
Como ya deben imaginarse, me dirigí velozmente hacia mi colosal archivo, en el cual encontré el caso de Steve Haworth, especialista en modificaciones corporales fuera de lo común, entre las que sobresalen los implantes subdérmicos y los dispositivos sensoriales magnéticos. Como me ha hecho notar mi discípula rusa Zinnada Keaser, Haworth también es miembro de la sociedad de cyborgs a la que pertenece Cohen.
¿Estamos tan sólo ante un excéntrico personaje? ¿O acaso el futuro de la humanidad se encamina hacia la progresiva conversión en estructuras cibernéticas que no son humanos, ni máquinas, ni la fusión de ambos?
¿Ustedes que creen...?

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