Entre los insectos más fascinantes se destacan las mantis, conocidas en América Latina también como mamboretás o "tata-Dios" por su posición en la cual parece que se encontraran orando.
Estas criaturas son temibles cazadores, capaces de devorar otros insectos o incluso arañas, pero en los últimos años han crecido los reportes que señalan que estos seres pueden atrapar y alimentarse de aves de mayor tamaño que ellas mismas.
El componente insólito y (¿por qué no?) aterrador es que las mantis en muchas ocasiones atrapan a las aves... con el solo fin de devorar su masa encefálica. Este extraño fenómeno se ha informado en por los menos 147 casos en todo el mundo, pero se ha incrementado en forma exponencial en el siglo XXI.
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| Imagen: The Huffington Post |
De acuerdo con distintos investigadores, algunas especies alóctonas de mantis han sido liberadas como controladores de plagas, en virtud de su voracidad para devastar distintas variedades de insectos perjudiciales para las personas o para las cosechas. No obstante, estos feroces depredadores han elegido una nueva presa, por la cual parecen experimentar una inusual predilección.
Los colibríes resultan las víctimas predilectas de las mantis, quienes los capturan por sorpresa y logran finalmente alimentarse de ellos.
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| Imagen: Universidad de Basilea |
El aumento de los casos en los últimos años ha llevado a distintas hipótesis. ¿Tal vez es solo un gran error humano al liberar especies de grandes dimensiones en áreas con aves vulnerables? ¿O acaso crecen las sospechas de un cambio alarmante de la conducta de distintos artrópodos, casi guiados de modo misterioso a rebelarse contra el resto de la creación?
¿Ustedes que creen...?
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